La oclusión dental es la forma en que los dientes se encuentran al juntar la mandíbula maxilar inferior con la superior. Se define como la forma en que las piezas dentales hacen contacto. También es conocida como “mordida”. 

Con una mordida correcta se garantiza el buen desempeño de las funciones bucodentales, un aspecto estético cuidado y se previenen problemas relacionados con los dientes y la boca. 

Sin embargo, la mayoría de las personas tienden a tener algún tipo de maloclusión o “mala mordida”. 

Causas de la maloclusión dental

La maloclusión dental puede desencadenarse por distintas razones: factores hereditarios, enfermedades, traumatismos e incluso malos hábitos. La genética es uno de los principales factores. 

Otra posible causa son los hábitos de succión de los más pequeños durante el periodo de lactancia materna o el uso de chupón durante mucho tiempo, incluso a esto podemos sumar el mal hábito de succión del dedo pulgar. 

Otro agente importante es la falta de piezas dentales por ausencia de desarrollo de las mismas, también conocido como agenesia. Los huecos que quedan hacen que los demás dientes pierdan su alineación y, en consecuencia, el hueso maxilar se deforma.   

Tipos de oclusión dental

Existen tres principales clases de maloclusión en las cuales se integran todos los tipos de mordida:

Clase I: se ocasiona cuando existe un diastema o separación entre dientes, o cuando existe un apiñamiento dental.

Clase II : se produce cuando los dientes del maxilar superior se superponen a los del maxilar inferior.

Clase III : es todo lo contrario a la clase II, este tipo se presenta en aquellos pacientes que tienen los dientes inferiores mucho más sobresalientes que los superiores.

Tratamiento

Citas periódicas y tempranas con tu dentista es la mejor manera de detectar este tipo de anomalías.

El tratamiento de ortodoncia es la mejor opción para este tipo de casos. El uso de aparatos removibles o fijos alinean las piezas dentales y corrigen la forma de la mandíbula. 

En casos de mayor gravedad se puede recurrir a la cirugía, pero tu dentista determinará cuál es el proceso más adecuado para corregir cualquier problema de oclusión.